domingo, septiembre 06, 2009

5 de Septiembre de 2009




El regreso es una metáfora del sentir.
el deseo es una imagen
de una metáfora en la Tierra,
en esta vida.
La música de los bares
construye los trazos de una existencia
¿cómo es que no ven que todo está relacionado?
mi alma, el hecho absurdo
de que yo viva
esta vida?
el reino es un animal
que nació para ser cazado
y eso se entiende
sólo con música
la naturaleza es muy sabia,
las circunstancias de la mente
recorren los bordes de la felicidad.

domingo, agosto 02, 2009

30 de Junio 2009



El Reino confía

en los pájaros del alma
esto es lo que The Cure

quería decir.
Nadie lo sabía
Todos lo sabían.
la poesía siempre envidia al rock
por lograr el éxito con ingenuidad


El sentido del mundo

es redondo

yo no lo soy

viernes, mayo 08, 2009

28 de Abril de 2009



pastos, cielos sin palabras
el paso del tiempo
a la velocidad del Sol

Egipto,
arañas que saben de música.
los cocodrilos saben que alguien llama a alguien.

hay un cocodrilo momificado (sí, lo hay)
mientras dos dioses acabados hablan a mi lado
en un bar
su reinado fue breve
su naturaleza de dioses reside en su mente
¿de qué sirve eso ahora, que hay en tu mente que te pueda salvar?
Akusaga...
Akutagawa
mis manos a veces parecen
las garras regordetas de un ave
dedos hinchados como garras
incapaces de asir el ahora
como a un roedor asustado
(el ahora nunca fue un roedor asustado)

domingo, marzo 15, 2009

La Fiesta del Estúpido



Esta semana se cumplen dos años de la última vez que hice el amor. Fui cruel con ella, muy cruel, demasiado honesto pero con dureza, la llevé al límite y por supuesto la perdí. Hace poco perdí a mi mejor amigo, me dejé llevar por la estupidez y de nuevo llevé las cosas hasta un límite. Recuerdo cuando estaba en el último año del colegio y era el niño más bueno del mundo, me sentaba del lado de Dios y miraba con una piedad espantosa a todas las personas. 

Me consideraba muy inteligente, se podrán imaginar. Fue en ese año que me dí cuenta que la inteligencia no bastaba, que no servía de mucho ser un capo en las Matemáticas y el Castellano, que la Física no fuera nada más que un juego entretenido y que tus padres estuvieran felices y orgullosos de tener un hijo que pintara para ingeniero o gran profesor. De pronto descubrí que la razón de vivir y la fuente de la felicidad no se encontraban en la inteligencia sino que podían ser adquiridas por cualquiera, incluso por "los malos", los descarriados y malditos,  como diría un buen republicano temeroso de Dios. Motivado por esa curiosidad decidí moverme hasta el límite de lo moral, para "echar un vistazo" como se dice, con respeto, sin juicios moralistas, pero sin perder mi naturaleza, conservarme limpio, consecuente. Todos queremos ser Han Solo o Charly Harper, cínicos, borrachos, encantadores e interesantes.

Y he llegado hasta este punto, en el límite, y me pregunto si no lo habré cruzado  ya y que la ilusión en la que vivimos ha terminado por engañarme y que ya dejé de ser una buena persona, 

tus hechos te condenan, si es imposible volver atrás, ¿adonde ir? los años pasan y me siento cada día más tonto, y escribo y escribo como un enfermo mental en mis cuadernitos de notas. Y lo más divertido de todo es que tampoco puedo sentir lástima por mi mismo. La vida continua, el acertijo continua. 

viernes, noviembre 14, 2008

punchi punchi



Un hombre me habló
en un bar
acerca de la especulación en el arte
especulación
en el objeto.

al objeto de arte se le traiciona
se le traiciona por dinero
la música es libre porque muere

la mujer, ¿muere?
¿la música es la mujer de la literatura?

lunes, septiembre 22, 2008

Quien le tiene miedo al Tony Caluga?



Mis padres nunca me llevaron al circo, tampoco jugamos al trompo, ni a la carreras de sacos, para qué decir el palo encebado o atrapar al chancho... La verdad es que mi padre fue y es un personaje bastante parco y reservado, y mi madre nunca fue muy de salir sola. Así que mi relación con la "chilenidad" ha sido de ausencia y escepticismo; sin embargo, si vives un número suficiente de años en este país, y dices "bueno ya" al menos un 50% de las veces, terminas reconciliándote con todas estas cosas de adulto (todavía no sé lanzar el trompo pero cualquier día de estos aprendo), excepto quizás con el tema del circo.

En la universidad, cuando veía a los sujetos que se la pasaban todo el día tirados en el pasto lanzando palitroques al aire o soñando con lo genial que sería poder vivir de saltar, hacer piruetas y viajar de un lado para otro, pues qué puedo decir, no era lo mío, o más bien, nada estaba más lejos de mí en ese momento. Nunca me convencieron las motivaciones románticas o Johnny Depp del mundo del teatro o del circo, al tacho se iba la disciplina, el samurai de moral estricta y mente absoluta, sumergido en la poesía más maldita posible. Da risa, porque al final terminé siendo un ingeniero que sagradamente se presenta ante su jefe semana tras semana y aprieta un par de botones durante trece horas continuas. Así las cosas, mi banco me premió por gastar el triple de lo normal con mis tarjetas de crédito y me regaló unas entradas y ayer fui a ver el Cirque du Soleil.



No hay que mentir, la mayoría sabe que es un espectáculo de calidad, hasta yo lo sé, así que feliz de ir; además me daba la oportunidad de lucirme y llevar a alguien a una experiencia de esas que se ven pocas veces en la vida. Entonces vino el tema de a quién invitar, lo cual se resolvió una noche en la que terminé bailando con dos chicas muy hermosas (por separado, se entiende), a la primera le dije si pensaba ir a ver el Cirque Solei, para (claro) decirle que me había ganado unas entradas, pero su respuesta me sorprendió tanto que no supe que hacer: "¡Ya las vi todas! ... las fui a ver en París"... No creo que estuviera fanfarroneando o algo así, yo ya sabía que ella había vivido allí, simplemente creo que expresaba su entusiasmo por ese grupo, el punto es que no supe decir nada más. Más tarde, hacia el final de la noche, bailaba con otra amiga a la que conozco todavía muy poco, pero que debe ser la mujer más atractiva con la que me he terciado en mucho tiempo, una alegre ninfa que va desatando infierno y locura por donde pasa; por supuesto que me lancé, claro que en esta ocasión fui más específico: "¿Te gustaría ir al Circo Solei el Sábado 20 de Septiembre?", lo siguiente fue una pausa de 30 segundos y unos ojos de mamá frente a su primer pañal, para luego decir "claro... a cualquiera le gustaría..."

Lo único bueno de la edad es que aprendes a dialogar con la euforia y con el fracaso. Tengo una amiga que me dijo que lo peor que pude haber hecho fue haber invitado a las dos en la misma fiesta, en el momento me pareció de lo más normal, pero supongo que tiene razón... Sin ánimo de tentar más a la suerte, llamé a mi hermano y fuimos los dos solterones de la familia al circo.

El escenario me pareció un tanto pequeño, y por mi mente giraban escenas de payasos, una teleserie y música gitana, tenía la peor de las predispociones supongo. Y entonces las luces se apagaron, y algo se quebró, y todo el Solabarrieta (un personaje impresentable de la televisión local) que llevo dentro despertó, y lloré, esas tristezas inexplicables, a las que hay que entregarse sin más. Lo que vino en las siguientes dos horas y media fue simplemente sobrecogedor, la elegancia, la belleza, la dedicación y alegría, el asombro, la felicidad limpia. Bueno, la música igual un poco mamona.

En fin, es bueno estar vivo.


viernes, mayo 02, 2008

La Delincuencia y el Alcohol



El Martes me asaltaron. Podía haber sido algo normal, pero supongo que todas las cosas normales ya me pasaron, así que tenía que ser así, raro. Después de la clásica rutina del bar de los Martes, habiendo tomado los vodkas de rigor y asesinado a Erwin Díaz por centésima vez este año crucé el Parque Forestal a esa agradable hora de las 04:30 am, más menos 1 hora, supongo, cuando se me abalanza este sujeto, al que no creo que pudiera recordar y que me invita amablemente a entregarle mi billetera, así de específico. Como estaba lo suficientemente borracho no iba a poner mucha resistencia ni hacer ningún show tipo Kung Fu que ameritara un punzaso o una buena risotada, así que se la pasé sin ton ni son; además eso me evitaba el hecho de entregarle el dinero en efectivo que nunca llevo en la billetera, ni mi bolso donde llevo libros, lápices y otras cosas importantes.

Mi nuevo amigo salió disparado, desapareciendo entre los árboles y la borrachera del parque más bonito de Santiago. Un poco a la risa, seguí mi camino (tengo que reconocer que algo de irresponsabilidad había en mi actitud desfachatada) y cuando ya estaba a media calle vi aparecer de nuevo a este sujeto, que se acercó raudamente hacia mí: "ya, toma", y en su mano estaba mi ex billetera como un trofeo o algo irreal. Perplejo pero en silencio la tomé; confieso que nunca me había pasado nada parecido. Por supuesto, un segundo después apareció un policía, que empezó a increpar y cuestionar a mi amigo Botijaco, "lo asaltó? está bien?". "Tengo todo, todo está bien" supongo que dije, la verdad no recuerdo muy bien las palabras (cada día entiendo menos las palabras), miré el interior de la billetera, ahí estaban las tarjetas, el carnet de conducir, el de identidad, todos revueltos pero ahí estaban, incluso un par de papeles ridículos que guardo en función de dos amigos que un día me pidieron un favor. "Me puedo ir?" pregunté, "sí claro..." dijo el fantasmagórico policía. Seguí caminando y tomé un taxi y me dejé caer alcoholizado en cama. Supongo que lo que siempre me dice mi editor es cierto, que tengo una suerte extraña para estas cosas, que siempre me libro, hasta que no sea así, claro.

Al día siguiente revisé como 50 veces la billetera para asegurarme que todo fue real, y haciendo eso me di cuenta que no tenía mi reloj de bolsillo y que ahora un extraño encendedor figuraba en mi chaqueta.