lunes, noviembre 12, 2007

El Amor en los Tiempos de Internet



Cuando comenzó este cuento de Internet allá por los años 90 y yo me encontraba en los primeros años de Ingeniería, solía fantasear con intrincadas historias de correos electrónicos, enredos amorosos y estrambóticas confusiones que se estrellaban con ironía contra la realidad. Ahora, que ya estoy más viejo, simplemente no puedo creer las cosas que pasan.

Desde la novia que tuve y que me avisó que se casaba por Messenger, tres meses después de que decidimos darnos un tiempo y ver en qué estaban nuestros sentimientos, hasta este fenómeno de los blogs, verdaderos diarios de vida que, ya sin candado ni cajoncito sino que expuestos al mundo, contradicen toda imagen de niñas pudorosas y muchachitos tímidos guardando sus secretos en las intimidades más absolutas y generosas para la imaginación. Y es que casi se puede conocer mejor a alguien a través de sus confesiones a la red que mirándose a los ojos en un café, al tranquilo vaivén de la primavera en un parque.

La mujer que ha hecho de mi año una verdadera miseria tiene por supuesto su blog, al cual accedo de tarde en vez para saber como se encuentra y si es feliz y todas esas cosas. Valga decir que nos separamos por las razones más razonables de este mundo (y es que hay que reconocer que meterse conmigo debe ser el peor negocio que una incauta pueda llegar a hacer), pero, que le vamos a hacer, los sentimientos son los sentimientos, y pasado los meses, me presenté frente a ella con la amistad por delante, con la única intuición de tratar de ser honesto para decirle lo estúpido que era, lo mucho que la extrañaba, el hecho indesmentible y tremendo de que la quería.

Mi único objetivo era tener al menos el mismo trato de parte de ella y saber qué es lo que sentía; en caso de que fuera una negativa, pues nada, poner el rabo entre las patas y asumir nuestra amistad de la mejor manera posible (si bueno, ya sé que ninguna mujer me va a creer esto)

Ella calló, o en realidad esbozó un par de argumentos más racionales que emocionales y luego a los pocos días me envió un mail electrónico disculpándose por su silencio y por lo que no dijo entonces ni lo diría ya jamás y se despedía de mí para siempre. Y yo que pensaba que te dieran la patada por teléfono era lo peor que te podia pasar...

Finalmente lo que no diría jamás y que (era obvio) era que estaba saliendo con otro tipo, se lo dijo a su blog y al resto del mundo menos yo, aunque claro yo también soy parte del mundo así que lo leí. Me sentí mal y estúpido, pero que diablos, eso ya no importa ni viene al caso. Su última entrada, sin embargo, es de antología, en ella yo me convertí en un chico que es mi amigo y del que decidí alejarme porque “como que le gusto” y no quiero confundirlo ni hacerle daño... De pronto me siento en Disney Channel... Nos estuvimos acostando por dos años y “como que me gusta”. Bueno, chica, te tengo noticias: “Yo te amaba”. De blog a blog. Todo esto ya me lo tomo con humor, y eso es lo que más pena da...

domingo, noviembre 04, 2007

a la mujer del bar




a pesar de que contamina, de que en el fondo es un suicidio bastante estúpido, de que besarla sería probablemente como lamer un cenicero,

entiendo verte fumar, el fuego es la vana esperanza de permanecer, que se consume en el acto de existir. Es la vida, nada más, fumar es vivir.