jueves, febrero 23, 2006

Lecturas del Tractatus logico-philosophicus I


2.0123
Si conozco un objeto, conozco también todas las completas posibilidades de su ocurrencia en estados de cosas.
(Cualquiera de tales posibilidades tiene que residir en la naturaleza del objeto.)
No se puede hallar más tarde una nueva posibilidad.


2.01231
Para conocer un objeto no tengo por cierto que conocer sus propiedades externas, pero sí todas sus propiedades internas.



En 2.0123 y 2.01231 W habla del "conocer" un objeto. Sin embargo la palabra conocer no es una palabra que en etimología esté completamente resuelta, existe la interpretación que se refiere a ella como "el acceso total al ser de una cosa", que es evidentemente a la que W adhiere, pero también existe aquella que la liga a la acción de "observar", y que se resume en "estudiar el ser de una cosa".

No puedo dejar de pensar en las teorías del señor Maturana, donde el lenguaje se presenta como "una creación intelectual que modela o representa la comunicación humana 'como si' ésta se diera de una manera lógica-simbólica-representacional". En ese sentido, una teoría del conocimiento creada a partir del lenguaje no podría aspirar jamás a una comprensión total del ser de una cosa y sería más bien una teoría de estudio.